Pág. 17
"... hasta que la costumbre cambió el color de las cortinas, enseñó al reloj a ser silencioso y al espejo, sesgado y cruel, a ser compasivo; disimuló, ya que no llegara a borrarlo por completo, el olor de la petiveria, e introdujo notable disminución en la altura aparente del techo. ¡Costumbre, celestina mañosa, sí, pero que trabaja muy despacio y que empieza por dejar padecer a nuestro ánimo durante semanas enteras en una instalación precaria; pero que, con todo y con eso, nos llena de alegría al verla llegar, porque sin ella, y reducida a sus propias fuerzas, el alma nunca lograría hacer habitable morada alguna!"
Pág. 20-21
"Y hoy todavía, si en alguna gran ciudad de provincias o en un barrio de París que no conozco bien, un transeúnte que me ha "encaminado"
Pág. 95 - 96
"Y es que decían de Bergotte lo mismo que Swann: "Es un escritor delicioso, tan personal, tiene una manera tan suya de decir las cosas, un poco rebuscada, pero muy agradable". Y ninguno llegaba a decir: "Es un gran escritor, tiene mucho talento". Y no lo decían porque no lo sabían. Somos muy tardos en reconocer en la fisonomía particular de un escritor ese modelo que en nuestro museo de ideas generales lleva el letrero de "mucho talento". Precisamente porque esa fisonomía nos es nueva, no la encontramos parecido con lo que llamamos talento. Preferimos hablar de originalidad, gracia, delicadeza, fuerza, hasta que llega un día en que nos damos cuenta de que todo eso es cabalmente el talento."
Pág. 136
"Era una de esas actitudes o actos que revelan el carácter más hondo y oculto de un ser; no se eslabona con sus palabras anteriores, no nos la puede confirmar el testimonio del culpable, que no ha de confesar; y no tenemos otro testimonio que el de nuestros sentidos, que muchas veces, enfrentados con ese recuerdo aislado e incoherente, parecen haber sido juguete de una ilusión; de modo que esas actitudes, que son las únicas importantes, nos dejan muy a menudo en la duda."
Págs. 170 - 171
"Claro que eso no quería decir que Legrandin no era sincero cuando tronaba contra los snobs. No podía saber, al menos por sí mismo, que lo era, porque no nos es dado conocer más que las pasiones ajenas, y lo que llegamos a conocer de las nuestras lo sabemos por los demás."
Págs. 173 - 174
"Desde aquel día, en mis paseos por el lado de Guermantes sentí con mayor pena que nunca carecer de disposiciones para escribir y tener que renunciar para siempre a ser un escritor famoso. La pena que sentía, mientras me quedaba solo soñando a un lado del camino, era tan fuerte, que para no padecerla, mi alma, espontáneamente, por una especie de inhibición ante el dolor, dejaba por completo de pensar en versos y en novelas, en un porvenir poético que mi falta de talento me vedaba esperar."
Págs. 235 - 236
"Así, el lado de Méséglise y el lado de Guermantes, para mí están unidos a muchos menudos acontecimientos de esa vida que es la más rica en peripecias y en episodios de todas las que paralelamente vivimos, de la vida intelectual. Claro es que va progresando en nosotros insensiblemente, y el descubrimiento de las verdades que nos la cambian de significación y de aspecto y nos abren rutas nuevas se prepara en nuestro interior muy lentamente, pero de modo inconsciente, así que para nosotros datan del día, del minuto en que se nos hicieron visibles. Y las flores, que entonces estaban jugando en la hierba; el agua que corría al sol, el paisaje entero que rodeó su aparición, sigue acompañándolas en el recuerdo con su rostro inconsciente o distraído; y ese rincón de campo, ese trozo de jardín, no podían imaginarse cuando los estaba contemplando un niño soñador, un transeúnte humilde -como un memorialista confundido con la multitud admira a un rey-, que gracias a él estaban llamados a sobrevivir hasta en lo más efímero de sus particularidades; y, sin embargo, a ese perfume de espino que merodea a lo largo de un seto donde pronto vendrá a sucederle el escaramujo, a ese ruido de pasos sin eco en la arena de un paseo, a la burbuja formada en una planta acuática por el agua del río y que estalla en seguida, mi exaltación las ha llevado a través de muchos años sucesivos, se los ha hecho franquear a salvo, mientras que por alrededor los caminos se han ido borrando, han muerto las gentes que los pisaban. (...) Como creía en las cosas y en las personas cuando andaba por aquellos caminos, las cosas y las personas que ellos me dieron a conocer son los únicos que tomo aún en serio y que me dan alegría."
Págs. 242 - 243
"La mayoría de las personas que conocemos no nos inspiran más que indiferencia; de modo que cuando en un ser depositamos grandes posibilidades de pena o de alegría para nuestro corazón, se nos figura que pertenece a otro mundo, se envuelve en poesía, convierte nuestra vida en una gran llanura donde nosotros no apreciamos más que la distancia que de él nos separa."
Pág. 309
"Cada beso llama a otro beso. ¡Con qué naturalidad nacen los besos en esos tiempos primeros del amor! Acuden apretándose unos contra otros; y tan difícil sería contar los besos que se dan en una hora, como las flores de un campo en el mes de mayo."
Pág. 312
"... creía -o por lo menos así lo había creído por tanto tiempo que aún lo decía- que los objetos sobre que versan nuestros gustos artísticos no tienen en sí valor absoluto, sino que todo es cuestión de época y lugar, y depende de las modas, las más vulgares de las cuales valen lo mismo que las que pasan por más distinguidas."
Pág. 323
"Como hacen todos los que están en posesión de una cosa, para saber lo que ocurriría si se quedaran sin ella por un momento, se quitaba esa cosa del espíritu dejando todo lo demás en el mismo estado que cuando la cosa estaba allí. Y la falta de una cosa no sólo consiste en que no la tengamos, no es un defecto parcial si no un trastorno de todo, un estado nuevo, que nunca pudo preverse en el estado anterior."
Pág. 396
"Y estimaba lo dolorosamente exacto de esas palabras del Diario de un Poeta, de Alfredo Vigny, que antes leía con indiferencia: "Cuando se enamora uno de una mujer, hay que preguntarse: ¿Qué seres la rodean? ¿Qué vida hace? y en esto descansa toda la felicidad de la existencia"."
Pág. 473
"Porque cuando cambiamos y nos convertimos en un ser distinto, no podemos segur obedeciendo a los sentimientos de nuestro yo anterior."
Pág. 485
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