Está solo, y no sabe o no recuerda como llegó ahí. Solo recuerda ése día, acercándose a cada instante al momento preciso en que su padre murió.
Un pequeño charco hace un juego de reflejo perfecto cada vez que las llamas se alzan hacia el lado en que .......... se ubica, iluminando su rostro, proyectando sus lágrimas, reflejando su rostro que de tanto en tanto se desfigura en medio de un cuerpo de ondas que la caída de una pequeña hoja genera. No obstante vuelve a la quietud, y al reflejo perfecto de su cabello al viento.
El frío no es óbice para recordar cada detalle, cada movimiento. Es la reproducción en cámara lenta del dolor y la angustia, del sufrimiento y el agobio de sus sensaciones.
Es la muerte ante sus ojos, que vuelve a instalarse sin remordimientos, como una puñalada hecha con violencia con un cuchillo congelado.
La muerte y el dolor... y el cuchillo congelado.
No volverá a votar.