Pág. 11
"En el caso de Rimbaud, el despertar coincidió con la muerte. La pequeña luz que vaciló con su muerte creció en fuerza e intensidad a medida que su muerte se hizo conocida. Ha vivido mucho más maravillosamente y vívidamente desde que dejó este mundo que antes de abandonarlo. Uno se pregunta qué tipo de poesía habría escrito de haber vuelto en esta vida, cuál habría sido en tal caso su mensaje. Fue como si, cortado en la flor de su madurez viril, hubiera sido privado de esa fase final de desarrollo que permite al hombre armonizar finalmente sus yos en pugna."
Pág. 42
"Y para el rebelde, más que para el resto del género humano, es absolutamente necesario conocer el amor, darlo aún más que recibirlo y serlo aún más que darlo."
Pág. 47
"Su simbología se forjó en la sangre y la angustia. Fue al mismo tiempo una protesta y una estratagema en contra de la funesta difusión de conocimiento que amenazaba con sofocar la pura fuente del espíritu."
Pág. 52
"Sufrir sin quejarse es la única lección que tenemos que aprender en esta vida."
Pág. 56-57
"... Vi que todos los seres se sienten igualmente atraídos hacia la felicidad: la acción no es la vida, sino una manera de disipar las propias fuerzas, y debilidad." [cita de Rimbaud]
Pág. 79
"La creación no es ya arrogancia, desafío o vanidad, sino juego."
Pág. 84
"Lo que creamos con la mano y la lengua no tiene valor; lo que creamos con nuestras vidas es lo que cuenta."
Pág. 101
"Nadie ha ilustrado mejor que Rimbaud la verdad de que la libertad del individuo aislado es sólo un espejismo. Sólo el individuo emancipado tiene acceso a ella. Y esta libertad se gana. Es una liberación gradual, una lucha lenta y laboriosa en la que se exorcizan las quimeras. No pueden matarse las quimeras, puesto que los fantasmas sólo adquieren realidad en la medida en que son reales los temores que los invocan. Conocerse a sí mismo, como dijera Rimbaud en su famosa Carta al vidente, es liberarse de los demonios que nos poseen. La Iglesia no inventó estos terrores de la mente y el alma, ni los inventó la sociedad, como tampoco es la sociedad la que crea las restricciones que nos fastidian e importunan. Cae una Iglesia y se establece otra; muere una sociedad y otra comienza a desarrollarse. Los poderes y las emanaciones persisten. Los rebeldes sólo crean nuevas formas de tiranía. Todo cuanto el hombre sufre como individuo, lo sufren todos los hombres como miembros de la sociedad."
Pág. 109
"Jacob Boehme lo expresó hace tiempo: Quien no muere antes de morir, es aniquilado cuando muere."
Pág. 112
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