"Los subterráneos" - Jack Kerouac

"dos hipsters americanos de los años cincuenta sentados en un cuarto en la penumbra, con el estrépito de las calles al otro lado del suave alféizar desnudo de la ventana."

Pág. 380 (Edición COMPENDIUM de Anagrama)

""Leo, ¿no comprendes?, y sin embargo insistes en preguntarme"; y esta era la última, profunda y definitiva duda que me faltaba acerca de Mardou, suponer que era realmente una especie de ladrona y que por lo tanto estaba decidida a robarme el corazón, mi corazón de hombre blanco, una negra subrepticiamente decidida a espiar el mundo, a espiar subrepticiamente al santo hombre blanco para sus ritos de sacrificio..."

Pág. 413 (Edición COMPENDIUM de Anagrama)

"Qué claramente nos damos cuenta de cuándo nos estamos volviendo locos; la mente se sume en el silencio, físicamente no ocurre nada, la orina se acumula en la vejiga, las costillas se contraen"

Pág. 440 (Edición COMPENDIUM de Anagrama)

"En ese momento pensé: "Bueno, tío, aquí tienes la oportunidad de deshacerte de ella" (me había pasado tres semanas esperando y proyectando), pero la frase sonaba horriblemente falsa en mis oídos; ya no podía creer en mi sinceridad."

Pág. 452 (Edición COMPENDIUM de Anagrama)

"Me siento abandonado y cubierto de vergüenza por Mardou"

Pág. 478 (Edición COMPENDIUM de Anagrama)

"Por fin se fue; entonces le dije que se sentara en mi regazo, y empezó a hablar de la guerra que existe entre los hombres: "Están siempre en guerra, para ellos la mujer es el premio, para Yuri tu premio ahora tiene menos valor que antes, nada más."

"Sí", le dije, triste, "pero yo hubiera debido escuchar más atentamente la advertencia del viejo morfinómano, de todos modos; ese que me dijo que amantes hay a montones: son todas iguales, muchacho, no te acostumbres a andar con una sola".

"No es cierto, no es cierto, eso es lo que quisiera Yuri, que ahora fueras al bar de Dante y los dos os pusierais a hablar de mí y reíros y llegar a la conclusión de que las mujeres sólo sirven para una cosa, y que hay demasiadas en el mundo. Yo pienso que tú eres como yo, quieres un solo amor, como si dijéramos, los hombres encuentran la esencia en la mujer, porque en ella hay una esencia" ("Sí", pensé, "hay una esencia, y se encuentra en tu sexo") "y el hombre llega a tenerla entre las manos, pero la abandona para irse a construir sus inmensas construcciones"."

Págs. 478 - 479 (Edición COMPENDIUM de Anagrama)