T era una mujer. Una mujer enamorada y desubicada.
Cuando era pequeña jugaba al papá y la mamá con sus muñecos. Ella era la mamá. Su muñeco preferido era su marido, es decir, el papá como por ese entonces decía ella. Ella era enamorada y desubicada. Para que el muñeco que su padrastro le había obsequiado no se quedará sin jugar, decidió darle un rol. Ese muñeco se llamaba "S" igual que el padrastro de T. El rol de S era el del amante. El amante de T.
Eso fue hace 20 años atrás. Hoy T es enamorada y desubicada. Y se enamoró de un compañero de trabajo: S. Aunque S tiene novia, al igual que T, ella insiste en invitarlo a salir a un motel en vez de ir a almorzar. T es directa y S muy católico.
S va a misa todos los domingos junto a su abuela, y habla siempre de los valores cristianos. Incluso le habla de éstos a T mientras está arriba de ella haciendola gemir, en su primera sesión de sexo después de 20 invitaciones previas. Lo que S no sabe de T, es que ésta es enamorada y desubicada.
La mañana siguiente, lo primero que dice S es que T está loca. T hace bien el amor, es enamorada, pero es muy desubicada. Estaba leyendo un mail que le reenvió su novia, que había sido enviado por T para contarle que le quitaría a S para siempre.
S quebró con su novia. T quebró con su novio. S no quisó ver mas a T y se retiró del trabajo.
El padre de T había muerto. Murió cuando se enteró que la madre de T tenía un amante. De todas maneras T fue feliz viviendo con su madre y S, su padrastro.
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