Él se sienta todos los días en el mismo sitio del café que está en calle Agustinas, en pleno centro de Santiago, a dos cuadras de la casa de gobierno. El café es caro y de renombre, y en general las personas de altos cargos lo frecuentan para reunirse con sus círculos íntimos y de negocios.
Andrés mira por la mampara que separa su ambiente del contiguo, a una joven mujer, de aspecto ejecutivo y refinado, hablar por su teléfono celular con total naturalidad y seguridad. No ha parado de mirarle desde que ella se sentó en aquel lugar, y no le importa que los dos hombres que toman un café en la mesa del lado piensen que es medio psicópata y “aguja”.
- Mira a ese hueón, como mira a la mina del lado.
- Está bien caga’o…
- O bien acumulado y necesitado
- Jajajajaja tiene toda la pinta!
Ella, Andrea, se ha dado cuenta que la miran del otro lado. Se da cuenta de todo, incluso de las especulaciones que hacen los dos hombres sobre Andrés. Los ve a todos de reojo, mientras ella internamente se ríe de que piensen que habla por celular con alguien. Piensa que Andrés es guapo, y que los tipos que se burlan son unos guatones que seguro han ido de perdedores en la vida, escondiendo su desdicha y baja autoestima en la careta de un bufón. Un bufón que anda buscando siempre aquellas cosas “malas” de los demás que le permitan estimarse un poquito más, y sentir que el mundo les quiere más también.
- Como tan iluso el hueón. ¿Creerá que con esa manera de mirar a la mina, ésta lo va a pescar?
- Y es terrible feo el hueón.
- Jajajajaja
Andrés se pregunta qué hará esa mujer, tan bella y simpática. Y Andrea se para y camina. Él piensa que va camino al baño, aunque cruza la mampara y se dirige hacia donde está sentado. Los dos hombres piensan que ella le va a decir algo por ser tan impertinente al mirarla de ese modo tan desesperado. Ella pasa por el lado de ellos y les guiñe un ojo, finalmente llega donde Andrés y sin mediar palabras lo besa apasionadamente y se va.
Andrés pide otro café, y sin azúcar esta vez.
6 comentarios:
jajajaja grande andrea!
yo hubiese hecho lo mismo
saludos compatriota
Andrea es bastante directa. Así deberian ser las mujeres.
pucha, yo soy irremediablemente indirecta. ¿qué puedo hacer?, ¿o simplemente estoy perdida como mujer?
idem a la compañera de arriba, quién podrá defendernos?.
ahora bien, si me retracto de lo anterior, estaré reforzando la idea?.
quizás si
quizás no
depende de como se mire, o de QUIEN.
no sé si me explico.
¿estaremos perdidas?
A mi me parece que no es necesario tomar una opción.
Es cosa de cada quien... además Andrés y Andrea son lo directo que cada uno desee... a lo mejor ella no lo es, y ese día estaba bajo los efectos de algún barbitúrico especial traido de Europa (o de Chillán)...
J
es precisamente por lo indirectas que somos que parece que no se entendió la talla
Publicar un comentario