"Pagar" - Ernesto Ovalle

Señor, si yo he pecado la culpa no he tenido.
¿Por qué Señor hiciste a la mujer tan bella?
¿Por qué pusiste en ella la carne nacarada
tan tibia y tan fragante?
los senos tan ebúrneos, los labios tan quemantes,
los ojos expresivos, las manos voluptuosas,
las formas tentadoras y el alma caprichosa?

¡Por qué Señor, lo hiciste!
¿Acaso no sabías que el alma de los trsites
buscaba en las mujeres consuelo a su pesar?
¿Acaso no sabías
que todos los encantos que en la mujer ponías
harían a sus plantas rendirse a las estrellas
para adornar con ellas
el lecho más hermoso donde poder pecar?

Señor, soy hombre como todos,
escalo las alturas, me arrastro por el lodo,
detesto el sacrificio, me vencen las pasiones
y corre por mis venas la sangre aventurera
de cien generaciones.

¡Señor, si yo he pecado la culpa no he tenido
me diste un alma loca, soberbia y caprichosa,
me diste sangre ardiente y carne pecadora,
y cual si fuera poco pusiste ante mis ojos
ojeras llamativas, caballos perfumados
y labios siempre rojos que invitan al amor!

¡Señor, si yo he pecado la culpa no he tenido
Señor, yo te lo digo de todo corazón!