Pág. 9
(Prólogo escrito por la hija de Fitzgerald)
"Y supe en el fondo de mi ser que se me había perdido algo importante por no haber aprovechado a fondo las clases de latín, como una velada bienaventurada con una muchacha encantadora. Se trata de una gran experiencia humana a la que renuncié por indolencia, por no haber sembrado lo que con dolor se recoge."
Pág. 59
"Sobre los adjetivos: la buena prosa se basa en que los verbos carguen de peso las frases. Los verbos hacen que las frases se muevan."
Pág. 72
"Nunca he recriminado a nadie sus fracasos -en la vida abundan las situaciones complicadas-, pero soy totalmente despiadado con la falta de esfuerzo."
Pág. 105
"¿Y todo el camino continúa cuesta arriba?
Sí, hasta el mismo final."
Pág. 121
(versos de Christina Rossetti
que Fitzgerald le escribe a su hija
preguntando ¿Has leído alguna vez estos versos?)
"No quiero que pierdas nunca tu alegría, ni tampoco tu seriedad."
Pág. 143
"... el sentido de que la vida es básicamente una estafa y que sus condiciones son las propias de una derrota, y que las cosas que redimen no son "la felicidad y el placer", sino las satisfacciones más profundas que se derivan del esfuerzo."
Pág. 199
"Mi novela es como un misterio, espero. Creo que no contar lo que tienes entre manos hasta que esté terminado es una buena norma. Si lo cuentas, es como si se perdiera algo por el camino. Nunca vuelve a pertenecerte del todo."
Pág. 204
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