- Los cristales de las ventanas son de color carmesí.
- Los marcos, de palorrosa, más gruesos que los usuales.
- Del lado interior del nicho tienen por cortinas un espejo tejido de plata adaptado a la forma de la ventana, que cuelga suelto en menudos pliegues.
- Fuera del nicho se ven cortinas de una riquísima seda carmesí, orlada con una brillante red de oro y forrada con el tejido de plata que forma la cortina exterior.
- Los pliegues de las cortinas surgen de debajo de un ancho cornisamento dorado que recorre la habitación en la línea de contacto de las paredes con el techo.
- El cortinado se abre o se cierra por medio de un ancho cordón de oro, que lo sostiene flojamente y termina en un sencillo nudo; no se ven clavijas ni otros dispositivos semejantes.
- Los colores de las cortinas y de sus orlas, es decir el carmesí y el oro, aparecen profusamente en todas partes, determinando el carácter de la habitación.
- La alfombra, tejida en Sajonia, tiene media pulgada de espesor y su fondo es también carmesí, simplemente realzado por un cordoncillo de oro (análogo al que festonea las cortinas) que se levanta apenas sobre el fondo, hallándose dispuesto de manera tal que constituye una serie de curvas breves e irregulares, las cuales se entrecruzan una y otra vez.
- Las paredes están revestidas de un papel satinado de una tonalidad plateada grisácea, en la que figuran menudos diseños arabescos del tono carmesí dominante, pero de un matiz más suave.
- Numerosos cuadros. Predominan los paisajes de estilo imaginativo, tales como las grutas de las hadas de Stanfield o el lago melancólico de Chapman. Vense, sin embargo, tres o cuatro cabezas femeninas de etérea belleza; son retratos a la manera de Sully. La tonalidad de todos los cuadros es cálida pero sombría.
- No hay ninguno de pequeño tamaño. Las pinturas diminutas dan a un cuarto ese aire manchado que constituye la falla de tantas hermosas obras de arte excesivamente retocadas.
- Los marcos son anchos, pero no profundos; están ricamente labrados sin ser opacos ni afiligranados.
- Las pinturas están bien adosadas a las paredes, sin colgar de cordones.
- Un espejo no muy grande, casi circular, cuelga de manera que no se refleje en él nadie que se encuentre ubicado en los sitios donde hay asientos.
- Éstos están constituidos por dos amplios sofás de palorrosa y seda carmesí, con flores de oro, y dos sillas livianas igualmente de palorrosa.
- De esta madera es también el piano, que no tiene funda y está abierto.
- Cerca de un sofá se ve una mesa octogonal del más hermoso mármol incrustado de oro. La mesa no tiene tapete alguno..."
Páginas 19 y 20
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