Metro Parte VI

(Parte I ; Parte II ; Parte III ; Parte IV ; Parte V)

Luego del concierto de Ismael Serrano, ella se fue a su casa con una ilusión en el pecho e imaginaciones sobre el futuro en su cabeza... un futuro junto a Fabián. Él se fue pensando en lo bonito de aquella jornada, en que de la música emergió una mirada que disipó el aire de las dudas, y también evaluando las acciones no realizadas, en particular sobre la eventual consecuencia de haberse aproximado "cara de raja" con un beso intempestivo y fugaz sobre Andrea.

En otros tiempos, antes que cualquier cosa hubiera llamado a Patricio, su mejor amigo, para contarle los detalles de la velada fortuita, y en conjunto hubieran analizado el hecho de no haberla besado. No lo hizo en aquella ocasión porque se convenció que debía respetar a Andrea en todo momento y acto, mal que mal ella era la mujer de su vida.

Así pues, una vez que hubo llegado a su casa se lanzó sobre su computador para escribir un e-mail a Andrea, escuchando otra vez la canción Amores Imposibles. Cuando abrió su correo, con sorpresa y alegría, vio en su bandeja de entrada un mail cuyo remitente era la misma Andrea. "Gracias... te pasaste" decía el subject, sobre el cual hizo click para conocer el contenido íntegro de la correspondencia que esperaba por sus ansias.

La habitación de Fabián estaba en el segundo piso de su hogar, justo frente a la pieza de sus padres. Era bastante amplia, y por sobre todo muy bien iluminada. Con una decoración centrada en la música de su gusto, en la parte superior de la muralla que miraba a su cama, dispuesta en dirección vertical hacia ella, habitaban un sinnúmero de frases rescatadas de la poesía "nobel" chilena, y de sus favoritos de la música popular española. Intocable había sido ese sitio hasta que conoció a Andrea, pues como ya dijimos la última palabra de una frase había sido borrada. Más aún, es preciso indicar que luego del segundo mail de Andrea dicho borrón fue tan completo que la frase ahora lucía como nueva: "El amor es eterno mientras existan los amantes".

Andrea le hacía una invitación, ahora bastante más directa y con menos límites de entrada, aunque la regla de oro, que lo descolocaba "a estas alturas", seguía primando: si él respondía el mail, el juego acababa.

Nada que una copa de helado, bañado con dulce de frambuesa, pudiera esconder... pensó Fabián antes de cerrar su computador e irse a dormir, a la espera de cita acordada para las 17 horas del día siguiente en el Bravíssimo de Providencia con General del Canto.

4 comentarios:

Conti dijo...

ya, y.....
que pasó pues....
me fui de viaje un mes y sigue lo mismo!

Juan José Lizama Ovalle dijo...

Je!
Si... ajetreo o pajeo estival... no sé.. pero ya se vienen nuevos "capítulos" por que ellos están llegando a amarse y no puedo dejarlos con la ilusión..
Saludos Conti
J

Conti dijo...

igual, pensándolo bien, podría ser entretenido dejarlos con la ilusión

Conti dijo...

tan extremista que saliste...y ahora porque no hay ná

Lectores Salvajes Librería
 
Creative Commons License
Mirando para retratar by Juan José Lizama Ovalle is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Chile License.